Me dieron con palabras y con puños
en las canchas y en los patios
los niños, profesores y maestros.
Me dieron con los clavos en las manos
alto en la cruz de los recreos.
¿Por qué, sepultando mi nombre entre insultos,
atado al mástil,
dejaron mi cuerpo lacerarse al viento?
Porque alto en la cruz de los recreos
te dieron con la furia
de las casas sin jardín.
1 comentario:
El primer verso de este poema lo confirma, la palabra es el arma más fuerte.
Publicar un comentario