lunes, 27 de octubre de 2008

Viaje hacia la Nada

Hace muchos miles de años ya, cuando me encontraba entre nubes y resabios de fantasías, decidí extender mis alas hacia un lugar diferente. No tenía en claro dónde, pero eso no era problema… Siendo Inmortal, no tener en claro algo tan superfluo como un destino, es de lo más común. Volé y volé, durante varias jornadas. Sin cansarme, por supuesto. Sin dormir, porque no es necesario que lo haga. Al décimo tercer día llegué a lo que pensé era mi destino, pero encontré todo muy alborotado, y mi espíritu no se sintió cómodo…
Seguí volando por otras cinco semanas, haciendo unas pequeñas paradas, aquí y allá donde viera algún otro Sempiterno de aspecto muy diferente al mío. Algunos tenían cuernos y cola, otros contaban con atributos tan propios de sus especies, especies distintas a las conocidas por los Eternos de esta, nuestra realidad, que sería imposible describirlos. Pero, al final del tercer día de esta quinta semana de viaje, siguiendo las direcciones que uno de esos seres me proporcionó, llegué a este lugar donde me encuentro ahora.
Estaba harto de contemplar la realidad a la que ustedes, los humanos, me tenían acostumbrado. Todo tenía forma, todo tenía color. Todo era bello o desagradable. ¡Qué mal obró mi creador en poner a cargo a Dios, el más inútil y arrogante de los Eternos, de semejante tarea! No supo aprovechar lo elementos con los que contaba… Aquí no podría ser víctima de ese error, nadie podría. Fui, entonces, hacia el Umbral de las Dimensiones, y al cruzarlo, llegué a un lugar que es simplemente perfecto:
Todo es Nada. Y nada está contaminado con forma alguna, ni colores, ni los conceptos de bello o desagradable. Es el infinito mismo, que se encuentra seguido de la Nada. Termina donde comienza, y no comienza nunca.
El Umbral de las Dimensiones quedó en el olvido, y mi corazón ya dejó de latir. Tampoco respiro, ni encuentro necesario mantenerme a vuelo, porque no caigo, pero ciertamente tampoco me encuentro estático. No tengo razón para realizar ningún movimiento. Mis sentidos están desorbitados constantemente, no puedo contener las sensaciones. Todo es placentero, y prácticamente inverosímil. Creo que me siento completo. Podría decirse que me encuentro lleno por la Nada misma.

No hay comentarios: